Quién nos lo iba a decir, quién podría haberlo adivinado... de aquel rincón apartado de nuestro patio, después de mucho esfuerzo y trabajo surgían de la tierra los frutos que, dormidos en semillas y plántulas, habíamos plantado con muchas esperanzas y no poca
incosciencia.
Hemos de reconocerlo, nuestra tierra de huerta no es la más adecuada, tiene tendencia a apelmazarse después de un periodo de humedad, a hacerse terrones...
pero después del duro trabajo... por fín vamos viendo los frutos de nuestro esfuerzo...
¡Felicidades hortelanos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario