Llego la
primavera, habíamos plantado algunos valientes tomates tempranos que no
conocían el miedo, unos pimientos aventureros que se atrevían con los últimos
coletazos de frío, alguna lechuga tardía,… hortalizas valerosas que nos
prometieron aguantar en primera línea de nuestra pacífica batalla y como ya se sabe que los vegetales en general
no suelen mentir, les creímos… pero tanto tanto que decidimos plantar unos
calabacines madrugadores de abril… ¡locoooosss! nos gritaron desde la distancia
del camino, menos mal que nuestras señoras patatas les lanzaron una mirada …
En esas estábamos
cuando pasaba por allí de forma casi casual un mandarino que, gustoso él, se
ofreció con voz aterciopelada y cítrica a ser plantado en un bonito rincón para
ser mimado y acurrucado por esos pequeños hortelanos, nos pareció bien claro y
plantamos un bonito mandarino al que decoramos con piedras pintadas de colores
y en las que cada niño puso su nombre… promesa de una mandarina futura…
A todo esto oímos un rugido a nuestras espaldas que rapidamente identificamos como el típico rugido de las acelgas pidiendo ser recolectadas, asi que nos pusimos manos a la obra...hoja a hoja...penca a penca... cuando se oyo un bostezo: -" ¿qué es este ruido?" pregunto una espinaca, - "Eso digo yo" comentaban las habas, - "¿porqué no nos recolectan a todos y todas" aseveró una lechuga morada... asi que decidimos que era una muy buena idea la de nuestras plantitas y nos pusimos manos a la obra y ¡ a recolectar !. Otro agradable momento en nuestro huerto.
A todo esto oímos un rugido a nuestras espaldas que rapidamente identificamos como el típico rugido de las acelgas pidiendo ser recolectadas, asi que nos pusimos manos a la obra...hoja a hoja...penca a penca... cuando se oyo un bostezo: -" ¿qué es este ruido?" pregunto una espinaca, - "Eso digo yo" comentaban las habas, - "¿porqué no nos recolectan a todos y todas" aseveró una lechuga morada... asi que decidimos que era una muy buena idea la de nuestras plantitas y nos pusimos manos a la obra y ¡ a recolectar !. Otro agradable momento en nuestro huerto.