El frío cumplió con su oficio en invierno, se fue por
donde le vimos llegar y en nuestro huerto se lo agradecimos de todo corazón;
con su partida nos trajo tres elementos que nuestras plantas adoran:
temperaturas más suaves, lluvia delicada y más horas de luz… como buenos detectives que
somos empezamos a intuir que la primavera iba asomando por la ventana.
Era un buen momento para plantar en nuestro huerto unas plantas
un tanto especiales por el uso que de ellas, desde tiempos remotos, viene
haciendo el ser humano, nos referimos a las plantas aromáticas, medicinales y
de uso gastronómico, en concreto plantamos aquellas que son más comunes en
nuestros campos y huertos: romero, poleo, menta piperina, menta silvestre, hierba buena,
tomillo salsero y orégano. Todas estas plantas pueden ser empleadas por el ser
humano de diferentes maneras en función
del uso que de ellas quiera hacer, por ejemplo, en infusión y cataplasma para
sus usos medicinales o escogiendo sus partes más sabrosas y olorosas para
emplearlas como condimento culinario. Desde nuestro huerto os animamos a
preguntar a nuestros mayores, a nuestros abuelos, qué usos tienen muchas de las
hierbas que crecen salvajes o domésticas en nuestro entorno, nosotros por
nuestra parte nos comprometemos a hacer crecer en variedades y frondosidad
nuestro pequeño huerto aromático, en el que por cierto, es un placer usar la
nariz.
El día nos salió soleado así que, como somos de zacho inquieto,
aprovechamos para dar unos mimos y cuidados a nuestro huerto.
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