La luna y el huerto
Las fases lunares son importantes para muchas
cosas. La luna ejerce influencia sobre las mareas
en océanos y mares, pero además influye en animales y plantas; en estas últimas,
por ejemplo, lo hace en la humedad de la tierra, en el flujo de la savia
de las plantas, en la fotosíntesis y en
la germinación,
ya que los rayos lunares tienen capacidad para penetrar en el suelo.
Como
sabemos, en su rotación alrededor de la Tierra la Luna pasa por cuatro fases: luna nueva, cuarto creciente,
luna llena y cuarto menguante:
Luna nueva: Este es cuando la luna se está
poniendo más grande y en las plantas se produce un aumento de la savia. El
momento perfecto para plantar, injertar y trasplantar
plantas anuales.
Luna creciente:
adopta forma de "D”: la savia sube a la parte aérea, se recomienda
para plantar y podar en los casos que se quiera favorecer el rendimiento
productivo de los árboles. La siembra de productos de desarrollo aéreo excepto
aquellas que se puedan espigar o granar a causa del calor.
Luna llena: Es cuando más savia tienen los tejidos de los productos de la huerta, es recomendable para la recolección de frutos y la preparación del terreno.
Luna menguante: adopta la forma de la letra "C": la savia se concentra en las partes subterráneas, es recomendable para injertos, podas, las ramas sarmientos y cañas son más resistentes cortadas en esta fase. La siembra de productos de los que se consume la parte subterránea, patatas, zanahorias etc. La siembra de hortalizas de las que se consume la parte aérea pero que se quiere evitar su espigado o granado.
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