El huerto Encantado nos ha enseñado a tener paciencia.
En estos primeros meses de reencuentro, empezamos limpiando su tupido cabello verde. ¡Menudas marañas tenía!
Rebuscando y rebuscando, entre laberínticos surcos, caminamos hasta encontrar sus tesoros; las últimas calabazas, berenjenas, cebollas, pimientos y tomates esperaban a un@s niñ@s curiosos.
¡Qué fantástica curiosidad! ¿Por qué no seguimos investigando pero con recetas?
Mmmmmm. ¡Qué colores! ¡Qué sabores! Nunca imaginamos lo rico que podrían estar estos alimentos recogidos en la tierra.
Llegado el otoño con su maravilloso cambio colorido, nos vimos tentados a probar la experiencia de la siembra. Había cientos de manos deseando plantar semillas.
Y aquí nos vemos a punto para diciembre. Celebramos las lluvias que dan de beber a nuestras semillas que observaremos en el proceso de la vida.